Allí, sobre la mesa, pudimos ver y tocar la largura de la tráquea con sus anillos y la esponjosidad de los pulmones, algunos decían que parecían gelatina.
Pero lo más impresionante es cómo al soplar con un pequeño tubo a través de la tráquea, el aire entraba en los pulmones y estos se iban expandiendo, hinchándose como si fueran globos. ¡Tienen una gran capacidad!
Esto lo están realizando nuestros pulmones desde que nacemos, y continuamente.
También tuvimos la ocasión de ver un corazón abierto, con todas sus partes y los vasos sanguíneos que controla.
Tenemos que cuidar nuestro cuerpo para estar sanos y mantener nuestros órganos en perfecto estado.
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